¡Un momento, Millennials! ¿Crees que la planificación patrimonial es sólo para mansiones y yates? Pues no. La vida da muchas vueltas, e incluso los adultos jóvenes necesitan un plan. Unos sencillos documentos pueden ayudarte a pasar del pánico a la preparación.
Pensemos en Maya, una diseñadora gráfica de 33 años. No pensaba precisamente en la muerte y los testamentos. Su vida era un torbellino de trabajos por cuenta propia, sesiones nocturnas de ramen con amigos y aventuras de fin de semana. Pero entonces su abuelo cayó enfermo. Ser testigo de su lucha y de la confusión que causó en la familia hizo que Maya se diera cuenta de que incluso las personas jóvenes y sanas necesitaban un plan.
Asà que Maya hizo un testamento, asegurándose de que su querida colección de discos y su cámara vintage fueran a parar a manos de su sobrina, amante de la música, y no de una prima lejana a la que apenas conocÃa. Un poder notarial médico permitió a su mejor amiga, Alex, que conocÃa todas sus alergias e historial médico, tomar decisiones si Maya no podÃa hablar por sà misma. Y un poder financiero también otorgaba a Alex la capacidad de gestionar las finanzas de Maya si la enfermedad la dejaba fuera de juego.
Tener un plan, aunque no incluyera yates y mansiones, tranquilizó a Maya. Ahora puede centrarse en sus pasiones, sabiendo que su futuro está un poco más asegurado.
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